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domingo, 2 de agosto de 2015

NO DEJES QUE EL TRAFICO DE LIMA TE PONGA DE MAL HUMOR


¡No me reconozco!!!
¿Se acuerdan de aquella película " Algo pasa con Mary"?. Y me digo a mi misma " Algo pasa con Solveig". Si, algo muy extraño está pasando conmigo. Hoy al mediodía, mi esposo y yo decidimos ir a un conocido local a tomar café con leche.  Desde que estacionamos en el parking, empezamos a  disfrutar del rico olor del pan recién horneado. 
Que agradable es hacer una pausa y tomar un cafecito en este frío limeño gozando de la lectura de la prensa del día. Nos habíamos sentado ya en unas de las mesas, cuando de repente me di cuenta que hacía mucho frío en el local.   Brrr!!!  Aquí en Lima, hay pocos lugares que usan el aire acondicionado, pero aquí pude constatar que lo tenían a tope y eso que estamos en pleno invierno.
Pedí entonces al personal que por favor lo apagaran y me contestaron que no podían.
Ese fue el momento en el que pasó algo extraño. Me acerqué muy decidida y molesta y les dije: "si no lo hacen me voy de este sitio".
Poco después y mientras me lavaba las manos, empecé a reflexionar sobre lo que había dicho. Me preguntaba porque reaccioné así de irritada y conflictiva, cuando ese no es para nada mi estilo.
Muy rápido encontré la explicación:" Debe ser por EL TRAFICO de Lima". Si, venía de salir de quicio varias veces en el tráfico y eso me había producido tanto stress, que necesitaba encontrar un lugar tranquilo y apacible para lograr calmarme.
Esta justificación me tranquilizó en parte, ya que tenía la lógica necesaria para entender mi cólera y mi tan mal humor. Por eso se dice que las personas reaccionamos como LAS RATAS cuando nos sentimos amenazados, y que con ojos saltones enseñamos los dientes dispuestos a saltar le al cuello al primero que se nos cruza en el camino.
Antes de llegar al café, habíamos estado circulando con el auto por varios distritos de Lima por casi una hora. Cada viaje por las calles de esta ciudad me llena de EMOCIONES EXPLOSIVAS.
Suelo salir tranquila de mi casa pero me bastan solo 2 minutos para convertirme en una rata del tráfico limeño. Intento siempre auto-convencerme de que no vale la pena reaccionar con las innumerables imprudencias y osadías de los conductores de aquí, pero caigo siempre en la misma trampa: Me irrito y me enfado mucho.
A veces me pregunto ¿Seré la única en sentirme así? o será que la mayoría de los que circulan por las calles de Lima están así de indignados y de mal humor.
Me puse a investigar acerca de este tema con ayuda de Mr. Goggle. La información encontrada me alivió de un lado y me preocupó de otro. Sentí alivio porque pude constatar que no soy la única, pero preocupación porque la situación del tráfico está generando graves distorsiones mentales en la gente que pasa parte de sus vidas en el horrible caos del tráfico de las grandes ciudades.
Lima que tiene alrededor de 9 millones de habitantes, cuenta un parque automotriz de 1 millón 300 mil carros. Aquí ocurren más de 50,000 accidentes al año. Llego pues a la conclusión, de que no hay capacidad física en la ciudad para soportar tantos vehículos motorizados.
El segundo paso de mi búsqueda fue tratar de encontrar "consejos útiles para soportar el agobio del tráfico de las grandes ciudades". Lo primero que encontré fue la recomendación de usar transporte público para evitar frustraciones innecesarias al volante.
Bueno-bueno pensé, este consejo debe llegar de alguien que nunca se ha subido a un microbús,  como los de la compañía ORION, donde los asientos están hechos para gente con piernas muy cortas y donde la amortiguación dejó de existir desde hace ya varios años. Además de que los usuarios de este transporte deberían usar máscaras porque los gases del motor entran directamente al interior por los agujeros de la carrocería.
Así que este primer consejo fue descartado y allí mismo encontré el próximo: "Aprenda un nuevo idioma mientras maneja su auto" Esto si me pareció fenomenal a primera vista, pero luego pensando lo bien no me veía como escuchando una bonita clase de italiano, mientras los demás allí afuera tocan las bocinas, gesticulan y gritan a viva voz todo el repertorio completo de las más famosas groserías peruanas.
Así que este segundo consejo fue también descartado.
Al fin decidí no leer más porque me di cuenta que estas recomendaciones no están pensadas para el tráfico de Lima. Alguna vez leí que el campeón mundial de rally, el finlandés Kimi Raikkonen, había intentado circular por las calles de Lima y había llegado a la conclusión de que aún no estaba preparado para esto.
Conclusión final: No hay remedio a la vista.
Tendremos que seguir con nuestro mal humor. Por lo menos tenemos un pretexto para explicar nuestro mal comportamiento en la sociedad.
De lo contrario podríamos también intentar mudarnos a un pequeño pueblo de Islandia. Allí seguro que no renegaríamos tanto con el tráfico. Pero como sabido es, nada es perfecto, y seguro que nos quejaríamos de todos esos osos polares que cruzan la carretera sin mirar.

En fin, cada uno buscará una solución al problema y ojalá también alguien encuentre la fórmula para ser feliz en medio del tráfico de Lima.

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