A finales de los 90s, eran muy populares los famosos "Talk
shows" de la televisión peruana, el más famoso, el de Laura Bozzo. Ella se
hizo conocida por mostrar las desgracias y miserias de la gente y sus
participantes solían ser conocidos por sus malas maneras al hablar, por no tener
dientes (algo bastante denigrante) y por ser fieles amantes de las emergentes “polladas”,
las cuales se convirtieron en una nueva forma de diversión popular. Estas eran
reuniones donde por una mínima tarifa se servía una porción de pollo asado y la
posibilidad de bailar toda la tarde tomando sobre todo mucha, pero mucha
cerveza. Por eso, era habitual y al igual que en el programa de la Bozzo, que
los participantes terminaran resolviendo sus problemas con llanto, gritos y
golpes.
A este "éxito televisivo" le siguieron otros programas como "Magaly
TV”, que también promovía el morbo y el escándalo. Este programa revelaba y
descubría las más bajas conductas de la gente de la farándula. Los famosos “Ampays”
eran referidos a los resultados de las cacerías realizadas por los “paparazzi”
en búsqueda de infidelidades, peleas, etc .La conductora tenía la habilidad de desquiciar
a sus “victimas” con ácidos y venenosos comentarios, lo que finalmente terminó
con un temporal encarcelamiento acusada por difamación y calumnia.
En el presente, nuevos formatos de programa son los abanderados de la
llamada telebasura, como por ejemplo "Combate" y "Esto es
Guerra" donde jóvenes de ambos sexos realizan pruebas de fuerza y destreza,
entre otras cosas. Los participantes son elegidos por “imagen”, la mayoría tienen biotipos europeos, y son fieles discípulos del “culto al cuerpo”. Esta es la nueva proyección del "nuevo perfil ganador” al que muchos jóvenes quieren imitar.
Además, son conscientes de que el programa tiene total derecho para exhibir sus
vidas personales y para sacar todo el provecho mediático de ello.
.
“Amor-Amor”, “Al aire”, “Hola a todos” y “Bienvenida la tarde”, son algunos
otros programas con fácil contenido y que se ocupan mayormente de comentar del "glamour" y la tormentosa vida de los “famosos”. Todos estos programas están siendo muy criticados
sobre todo por exponer la vida íntima de las personas involucradas.
Otro programa que se encuentra también bajo la misma etiqueta es "El
valor de la verdad". Aquí el espectador puede saber exactamente cuánto dinero
se lleva el participante para que a cambio exponga lo más íntimo de su vida.
En el año 2000 el filósofo español Gustavo Bueno presentó su libro
llamado Televisión: apariencia y verdad. El allí rechazó el término de “Telebasura”
y afirmaba que "llaman basura a la realidad que nos rodea".
Su pensamiento era que en el mundo de la televisión manda el público
y la audiencia. Por eso, el afirmaba que “cada pueblo tiene la televisión que
merece”.
Está aseveración ocasionó gran polémica y ha sido citada en muchas
ocasiones en muchos debates de la televisión española, por ejemplo.
Otra de sus contundentes conclusiones se referían a que los gustos de la
sociedad, cuando esta no está dirigida, van evolucionando, pero que esto no es
ni bueno ni malo.
Hace ya 15 años que el Sr. Bueno sacó estas respetables conclusiones y si
algo no se puede negar, es que la sociedad evoluciona cada día. Toda evolución
no necesariamente es buena ni mala, así que si "Los realities"
existen, es porque tienen rating. Ningún tipo de programa podría sobrevivir ni
una semana en el aire, sin el apoyo masivo de público.
Lo que también es cierto es que este tipo de programas no hubieran podido
existir hace 30-40 años, ya que seguramente habrían metido a la cárcel a los
responsables por inmorales. La iglesia, el estado y las instituciones de la
época se hubieran opuesto.
Entonces podemos concluir que durante el paso del tiempo nuestros pensamientos
moralistas han ido cambiado. Hoy no es un extraño ver en la televisión a
personajes groseros, agresivos y que descubren sus cuerpos sin respetar
horarios que antes protegían la sensibilidad de los más pequeños. Es pues la
forma actual de incitar al morbo de exponer al público la intimidad de la
gente con sus penas y alegrías.
Perú no es el único país donde existen estos programas. Países
como España, Brasil, Colombia y México también los tienen. Igualmente en el
Caribe y Centroamérica.
Según el diario español “El País” los únicos países que se han
resistido a este tipo de programas por ahora son: Argentina, Bolivia, Cuba,
Ecuador, Nicaragua y Venezuela.
Aunque a decir verdad, tampoco me gustaría tener que vivir en una sociedad
donde limitan mis derechos, solo para no tener que toparme con estos programas.
Al fin y al cabo, siempre hay la libre elección de apagar la televisión o
buscar algún otro tipo de entretenimiento o actividad.
Si es verdad que como dice el Sr, Bueno, cada país " tiene la
televisión que merece" entonces pienso que tendríamos
que empezar a cultivarnos más. Hay mucho que hacer en los colegios, son los niños
los que decidirán la televisión que querrán ver. El Perú es un país con
una milenaria y maravillosa cultura, con suficiente material para una educación de
calidad y basada en valores ancestrales que se necesitan recuperar con urgencia.
En estos últimos tiempos han sido programadas varias marchas en Lima
contra la " telebasura". A mí me parece bien tomar conciencia de
esto, porque no falta a la verdad que "los gimnasios están llenos y las
bibliotecas vacías".
Por eso quisiera enviar un mensaje a los padres, abuelos y demás
familiares que conviven a diario con los niños. Pongan libros en sus manos o tomen
el tiempo de leer a sus hijos, nietos, etc. Eduquen a los pequeños en el gusto
por la cultura. Una persona interesada en la cultura, no será presa fácil de la
tentación por consumir la llamada “Telebasura".
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